Material necesario
- 3 vasos grandes
- un huevo
- agua
- sal
Procedimiento
- Llena dos vasos con agua
- Añádele a uno de ellos sal poco a poco. Revolviendo
con una cuchara, trata de disolver la mayor cantidad posible. En un vaso
de 200 cm3 se pueden disolver unos 70 g de sal.
- Coloca el huevo en el vaso que tiene solo agua : se
irá al fondo.
- Colócalo ahora en el vaso en el que has disuelto la
sal : observarás como queda flotando.
- Pon el huevo y agua hasta que lo cubra y un poco más,
en el tercer vaso. Añade agua con sal, de la que ya tienes, hasta que
consigas que el huevo quede entre dos aguas (ni flota ni se hunde).
- Si añades en este momento un poco de agua, observarás
que se hunde. Si a continuación añades un poco del agua salada, lo verás
flotar de nuevo. Si vuelves añadir agua, otra vez se hundirá y así
sucesivamente.
Explicación
Sobre el huevo actúan dos fuerzas, su peso (la
fuerza con que lo atrae la Tierra) y el empuje (la fuerza que hace
hacia arriba el agua).
Si el peso es mayor que el empuje, el huevo se hunde. En caso contrario
flota y si son iguales, queda entre dos aguas.
El empuje que sufre un cuerpo en un líquido, depende de tres factores :
- La densidad del líquido
- El volumen del cuerpo que se encuentra sumergido
- La gravedad
Al añadir sal al agua, conseguimos un líquido mas
denso que el agua pura, lo que hace que el empuje que sufre el huevo sea
mayor y supere el peso del huevo : el huevo flota.
Así también se puede explicar el hecho de que sea más fácil flotar en el
agua del mar que en el agua de ríos y piscinas.
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